Energía

Cinco tecnologías de baterías sorprendentes

En el presente artículo, detallaremos cinco tecnologías de baterías sorprendentes que incursionan, o lo harán próximamente, en el mercado mundial de energías alternativas.

La búsqueda permanente de medios alternativos para la generación de energía eléctrica ha traído muchas ideas innovadoras para el aprovechamiento de los recursos naturales susceptibles a generar energía.

La generación de energía eléctrica conlleva varias etapas, una de las más importantes, y controvertidas, es el almacenamiento de dicha energía. Para ello se han diseñado diferentes modelos y se han empleado los materiales más ingeniosos que consigan el objetivo que todos persiguen: baterías sustentables.

Tecnologías de baterías sorprendentes

Cinco tecnologías para baterías innovadoras

Las soluciones que se están desarrollando son amplias: incluyen baterías basadas en arena, dióxido de carbono, calor y agua y otras que pueden resultar todavía más sorprendentes.

  • Baterías de arena: la batería tiene la forma de una torre que contiene 100 toneladas de arena. La arena se sobrecalienta a unos 500 °C mediante energía renovable. Ya la comentamos en un post anterior.
  • Baterías de calcio: en este tipo de baterías se propone los iones de calcio como una alternativa de almacenamiento de energía más ecológica, más eficiente y menos costosa que los iones de litio. La tecnología desarrollada permite una alta eficiencia con una masa y un volumen reducidos de iones de calcio. Sin embargo, su carga iónica más alta y su tamaño más grande en relación con el litio hacen que sea muy difícil insertar iones de calcio en los electrodos de la batería.
    Se trabaja actualmente en desarrollar la tecnología para solventar esta situación, inclinándose de momento por el desarrollo de una clase especial de materiales llamados óxidos de molibdeno y vanadio que contienen grandes canales o túneles hexagonales y heptagonales que atraviesan el material.
  • Baterías de dióxido de carbono: el CO2 tiene la propiedad de condensarse y almacenarse como líquido a presión y a temperatura ambiente y para ello, una empresa italiana, desarrolla una tecnología para almacenar el CO2 en una gran bóveda a temperatura y presión atmosférica, y comprimirlo para convertirlo en líquido utilizando fuentes de energía renovables como la eólica y la solar.
    Su batería de dióxido de carbono puede almacenar la energía necesaria para dar servicio a una red eléctrica durante 10 horas a menos de la mitad del coste de un sistema de batería de iones de litio.
  • Batería de calor: El Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y el Laboratorio Nacional de Energía Renovable (NREL) han desarrollado una celda termofotovoltaica (TPV) que convierte el calor en electricidad mediante la captura pasiva de fotones de alta energía de una fuente de calor.
    La idea es incorporar la celda TPV a una batería térmica a escala de red, absorbiendo el exceso de energía de fuentes renovables y almacenar esa energía en bancos de grafito. El fin es que, en días nublados, se pueda convertir la energía a través de las celdas TPV y enviarla a la red eléctrica.
  • Batería de gravedad: el concepto consiste en una torre o un pozo de mina en el que se suspende un peso pesado, cuando se necesita energía, se permite que el peso descienda gradualmente, generando electricidad en el proceso. Actualmente se desarrolla esta tecnología en Escocia.

En otro artículo, seguiremos detallando otras tecnologías que irrumpen en el mercado y que persiguen el tan anhelado objetivo de equilibrar baterías económicas y que sean amigables con el ambiente.
Visita Telser de Venezuela, en donde conseguirás variedades de baterías para diferentes sistemas eléctricos.